Corre por ahí una leyenda urbana según la cual de día uno puede hacer ruido en casa sin ninguna limitación. Pero nada más lejos de la realidad. Nuestras leyes son muy claras al respecto.

Existen limitaciones de nivel de emisión de ruidos tanto para el día como para la noche. De día los límites de decibelios no son tan estrictos como de noche y ambos están para cumplirlos.

Los límites de ruidos se fijan tanto en la Ley del Ruido Estatal como, en algunos casos, en la normativa de Ruidos de nuestra Comunidad Autónoma y en las Ordenanzas Municipales.

Por regla general se establecen dos periodos, el diurno que suele ir de 7-8 de la mañana a 9-10 de la noche y el nocturno que acostumbra a ser de 9-10 de la noche hasta las 7-8 de la mañana. Con variaciones, en algunos municipios para los fines de semana.

Por otro lado, de día, el nivel máximo transmisible a un vecino colindante será, por regla general de 35 decibelios y de noche será, también por regla general, dependiendo del lugar de nuestra geografía de 30 decibelios.

Son niveles bastante bajos y por consiguiente tenemos que procurar ser cuidadosos para no molestar. Tengamos en cuenta que 35 decibelios equivalen al ruido que generan dos personas en una conversación tranquila.

Así que todo lo que pase de dichos límites será ilegal. Está claro, entonces, que no es una buena idea hacer fiestas en casa, ni siquiera de día, ya que es algo muy molesto para el resto de vecinos.

En cuanto al ruido por obras, casi todos los Municipios tienen sus propias ordenanzas que suelen establecer unas limitaciones de horarios que van de 8 a 21 horas y además suelen reducir ese horario en caso de tener que utilizarse maquinaria. En algunos casos el Ayuntamiento podrá obligarnos a colocar sonómetros para controlar que no nos pasamos de los límites legales.